24.8.16

Muchos años depués

Hace ya varios años que dejamos de escribir por acá pero creo que el día de hoy es un buen momento para venir a comentar todo lo que he aprendido en este tiempo respecto a las relaciones de pareja, que era de lo que se trataba este blog en primer lugar.

Lo primero que debe quedar claro es que la gente que te gusta físicamente te va a gustar físicamente siempre, no importa si esa persona atropello a tu perro o te hizo la vida miserable, tu organismo va a ver la foto y va a responder con un "me gusta". Puedes aprender a decirle a tu organismo que lo entiendes pero que, afortunadamente, y al igual que un perro de Pavlov, has aprendido a que esa persona se asocia a cosas malas así que es mejor dejar todo por la paz.

Ahora bien, el cerebro también es traidor y por siempre se va a acordar más de los buenos momentos, por lo que si los últimos seis meses de tu relación fueron un infierno, pero los primeros cinco días fueron maravillosos, por siempre vas a pensar que todo podría haber funcionado, porque al menos funcionó durante 5 minutos y esos son los 5 segundos que insistes en recordar. Pero debes ser fuerte y hacer una lista de todas las veces que dijiste "ya no más" y acallar a la sirena del pasado a fuerza de revivir el sufrimiento. No está padre pero es el único camino.

Lo siguiente, y esto es corolario al primer punto, la parte física y la mental viajan en canales separados y ambas son igual de importantes. Si ardes por alguien que te aburre cuando abre la boca para platicarte de sus sobrinos, no va a jalar, si necesitas dos botellas de tequila, las luces apagadas y una sabana de agujerito para intimar con alguien que puede darte el ancho discutiendo a Proust, tampoco van a jalar las cosas.

Pero lo más importante es que para que una relación funcione, las dos personas deben querer que la vida se increible para la otra persona y procurar su felicidad. Es un círculo virtuoso: Si te gusta la otra persona porque lee mucho y tu le regalas libros, va a estar feliz porque va a seguir leyendo y tu vas a disfrutar de la compañia de una persona feliz. y así mientras más procuras a la otra persona más feliz es ella y como es algo recíproco la otra persona también es feliz de ayudarte a ser feliz, de apoyarte con tus sueños, de echarte porras, de buscar que tengas aquellas cosas que te hacen estar bien. Es extremadamente importante que haya equilibrio, son dos personas en el mismo bote y el mar siempre está picado, y si, es posible que una persona reme sola de vez en cuando, pero nunca podrá hacer el viaje completo, porque el dia que se canse de remar no va a haber nadie más para llevar el bote a buen puerto y terminarán ambos en el mar, siempre debe haber alguen remando, pero es mucho más fácil si reman los dos y en los momentos difíciles, si acaso, se toman turnos.

Platico todo esto desde el sillón de mi casa donde estoy con mi esposa que conocí hace cuatro años con quien tenemos 3 hijos y quién me apoya en mis proyectos, en mis tonterías y para con quién no hay nada más importante que verla sonreir.

Antes de llegar aquí atravesé exnovias, relaciones dañinas, relaciones aburridas, relaciones unilaterales, y mucha pero mucha introspección, y no fue sino hasta que entendí que, como dice la canción de Flight of the Conchcords: A kiss is not a contract y pude separa las atracciones físicas y mentales y permitir que ambas tuvieran la importancia que deben de tener sin influenciarse a la mala que pudo crecer lo que hay ahora sin tener que forzarlo, sin tener que soportar, sin tener que esperar un cambio.

A kiss is not a contract but is very nice...

10.2.09

El switch

Switch es un verbo en inglés que no tiene una traducción perfecta al español. Signigfica cambio, pero cambio rápido, casi instantaneo, es el verbo utilizado para prender y apagar la luz. En fin, se que entienden el concepto.

Resulta que después de que se toma la decisión de vivir juntos hay un switch, tu vida cambia y rápido. El cambio implica muchas cosas, pero voy a hablar de una muy particular que siempre me ha parecido interesante, la administración del tiempo.

Resulta que mientras ligas, sales, novieas, le entras al free y demás modalidades de pareja en las que no se duerme todos los días bajo el mismo techo, la administración del tiempo casi siempre guarda una relación del tipo: voy a administrar mi tiempo para después ver a fulanit@ de tal. Una vez que ese tiempo es separado físicamente del tiempo restante toma vida propia y se convierte en el tiempo de la pareja. Pero ese tiempo es finito. Se va a terminar y regresas a tu vida, al resto de las cosas que te ocupan y que te interesan. Tus libros antes de dormir, o la serie de televisión que están viendo en tu casa cuando llegas, o cualquier otra cosa.

En cuanto se toma la decisión de vivir juntos, las cosas se invierten por completo. Ahora tu tiempo con la persona es tu tiempo de vida, y tienes que empezar a encontrarle tiempo a tus cosas, tus hobbies, tus pasatiempos, tu música y tus cosas. Esas que han siempre sido parte de lo que eres y haces, las tienes que reacomodar.

Y este switch, no es obvio, cuando decides vivir juntos, lo haces para compartir esos pedacitos de tiempo que siempre faltaban, para no tener que salir de su cama a las 3 de la mañana, para maximizar la convivencia. Lo cuál es super bonito, y que es una de las sensaciones que mas satisfacción dan. Pero justo por ello, es como una gran luz que te impide ver el resto de las cosas. Y bueno, resulta que ahora con el switch tus prioridades van a cambiar. El problema es que la identidad y lo que uno hace cotidianamente van de la mano.

Un pequeño ejemplo. Resulta que Pit@ Perez se dedica a realizar manualidades super intrincadas, verdaderas obras de arte. Cada una de ellas requiere al menos 10 horas de trabajo en el taller, pero una vez concluidas su belleza es tal, que Fulanit@ de tal no puede sino enamorarse del alma creadora de Pit@. Y todo es reciproco, Pit@ disfruta de compartir su pasión por lo que hace, y esta vitalidad se transmite en cada encuentro. Finalmente Pit@ y Fulanit@ deciden que están hechos el uno para el otro y se casan. Ahora esas 10 horas requeridas para cada manualidad, van a salir del tiempo que potencialmente tendrían los dos para estar juntoa, ahora que nada los separa, y cabe la posibilidad de que Fulanit@ no esté tan content@ de que Pit@ en lugar de dedicarse al cortejo amoroso se meta en su taller a trabajar en sus manualidades. Fulanit@ cegado también por el amor decide que Pit@ tiene razón, que dejar un tiempo de hacer sus manualidades a cambio de disfrutar de los placeres de la compañia no es tan grave. Ahora bien, a menos que se logre un equilibrio perfecto, es muy fácil que las cosas tomen caminos agrios: Fulanit@ va a estar por siempre triste de que Pit@ siga decidiendo darle tiempo a sus manualidades, Pit@ no va ser la misma persona porque ahora está lejos de su pasión, etcétera, etcétera.

Ese switch, ese cambio de perspectiva en las cosas, es uno de los pasos mas difíciles. Por eso es importante aprender a abrir los espacios, a ver la luz que emana de la otra persona por ser la persona que es, junto con sus pasiones, todas ellas.

Las fantasías románticas suelen robarle a la gente su núcleo, su valor, su esencia, para cambiarla por entes que viven solo de la contemplación. Es importante pensar en la otra persona como un todo, rico en los valores que tiene y que aporta a la vida en pareja, darle su espacio, y comprender que las razones que nos guíaron hacia el/ella en primer lugar incluían a un ser complejo, complicado y por lo tanto amable.

25.1.09

Cuando perder algo te hace matarlo

¿Se enteraron del tipo que mató a su esposa cuando vio que cambió su status a "soltera"? Acá está la imagen de la nota, o pueden buscar en google "Facebook Killer"

Oh si están leyndo el retorno de un blog que no andaba muerto, sino de pachanga (o de viaje). Pero hemos regresado. ¡Sorpresa!

Según la noticia, hacía un mes que vivían separados, y ella dejó de contestarle los mensajes de texto. Entonces él hizo lo que cualquier humano razonable y de sangre caliente hubiera hecho, meterse por la fuerza a la casa y matarla a cuchillazos.

Hablando en serio, y más allá de lo que podríamos asumir de como pudo haber sido su relación antes de separarse, es una noticia que va derechito al grano en el tema del sentimiento de "propiedad" y el subsecuente impacto de la pérdida.

Resulta que para las personas es mucho más emocional perder algo (o pensar en perder algo) que ganar algo (o pensarlo). Hay muchos estudios que lo respaldan, yo lo he visto mencionado en los libros que enlisto al final.

También ver algo por escrito de alguna manera te hace sentir que es más real que solamente vivirlo. Creo que esas dos son las condiciones que hicieron que el señor matón explotara.

En las relaciones el concepto de "propiedad" es PÉSIMO, además de que convierte en no más que un objeto a la persona de tus amores, y por lo tanto le quita toda capacidad de libre albedrío (en tu subconsciente, por lo menos), también amplifica la emoción asociada a perderla. Perder aquello que es tuyo: mi novia o mi esposo son frases demasiado parecidas a mi coche o mi cuenta de banco.

Hay otro elemento y son los celos. Ser celoso viene totalmente del miedo de perder algo. La emoción es tan poderosa, que es intensa con sólo pensarlo, ni siquiera tiene que ser verdad para que te altere. Y puede ser tan intensa que dejes de pensar por completo en la realidad y tu mente se concentre únicamente en la fabricación mental que te ocupa. Pensamientos alimentados por emociones que fueron provocadas por el mismo pensamiento. Es un ciclo espantoso. Además que te hace quedar como un imbécil, por ejemplo, cuando tu esposa llega en grúa a la casa después de haber tenido un accidente contra un poste justo cuando después de venir parloteando con una amiga se quedó sin pila su celular y no te pudo llamar ni siquiera para que la fueras a rescatar. Tu ya estás listo encarrilado pensando que se acostó con el hermano de su instructor de yoga y por eso tenía el celular apagado.

Los celos también nacen de la sensación de escasez. Cuando no crees que hay abundancia, o que alcanza para todos, te haces muchas bolas mentales pensando qué pasaría si tu novio tiene una amiga y entonces no hay suficiente tiempo para que tu novio les dedique a ambas. Pero, si estuvieras calmada sabiendo que si hay para todos, que la amistad y la compañía e incluso el amor vienen de la abundancia, no de la escasez, no estarías anclada en la mala leche. Además, si tu novio te deja después del primer acostón con alguien más, no estabas en una relación sólida que valiera la pena tu tiempo y tu energía. Piensa en eso cuando estés más tranquila del cortón.

Las separaciones amorosas son dolorosísimas, pero muchas veces inevitables. Al final, siguen siendo dos personas viviendo en conjunto, pero no dejan de ser dos personas (aunque lo intenten). Es como si vinieran andando en bicicleta agarrados de la mano. Todo muy bien hasta que uno toma la desviación. Entonces seguir agarrados de la mano es en un principio, doloroso, e inmediatamente después imposible. Ah y mi analogía también funciona cuando por ejemplo uno viene por el pavimento y el otro viene sobre un empedrado, no necesitan necesariamente separarse físicamente o dejar de transitar por el mismo camino para que uno ya no pueda más seguir con la bicicleta y la mano. Al final del día cada quien va en su bicicleta y los momentos que vas acompañado son muy lindos, pero en los que ya no te toca hay que dejar ir a la otra persona.

Finalmente, lo que creo que pasó en el caso del Facebook Killer, es que ella estaba lista para asumir el cambio de vida y él no. Probablemente no era ni siquiera un intento de regresar al mercado "Véanme hombres, estoy soltera", sino, conociendo a las viejas un poco de autoafirmación "Me veo a mi misma y me entiendo como soltera". De cualquier modo, nunca lo sabremos. Pero pase lo que pase en una relación más vale cambiarse de país que agarrar a quien sea con un cuchillo.

Ella dijo.

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Libros:

Stumbling on Happiness por Daniel Gilbert

The Happiness Hypothesis: Finding Modern Truth in Ancient Wisdom por Jonathan Haidt


25.6.06

De las relaciones a distancia

El mundo cambia y nosotros, o cambiamos, o morimos.

Recuerdo hace mucho tiempo haber leido un libro llamdo "Cazadores de Microbios" básicamente la historia de muchos exploradores de origen europeo en Africa buscando las causas de ciertas enfermedades infecciosas. Algunos exploradores arrastraban a sus parejas con ellos, mientras que otros las dejaban atrás.

De los que dejaban atrás a la pareja, esta en general sobrevivía por carta, aunque la naturaleza de esta sobrevivencia nos es completamente desconocida. Se puede especular que los valores puritanos de otras épocas evitaban la promiscuidad, o se puede también entender que el impulso reproductivo es enorme y en ese caso, tanto el que partía recibía los cariños de las locales, como la persona que se quedaba atrás, quizá recibia el comfort de parte del parroco local.

Ahora las cosas son distintas. Existen suficientes puntos de interconexión en el mundo que las parejas pueden estar virtualmente juntas todo el tiempo que decidan. El único problema, y digo único de manera sarcástica, es que se pierde toda cotidianeidad en conjunto y todo contacto físico. Es la relación platónica ideal.

Se vive bajo el engaño. La persona ausente no está ahi para equivocarse y en general, dado que los momentos compartidos son tan pocos, nadie busca nada mas, sino poner lo mejor de su parte.

Pero que sucede trás el reencuentro. ¿Como se llenan los vacios, que en otra época se llenan con la imaginación?

Las relaciones a distancia, mediadas por la comunicación permanente son una realidad. Lo mas probable es que nos enfrentemos a una o dos (mínimo) en el transcurso de nuestros tiempos. Vamos, están leyendome a distancia.

Yo creo que la vida en pareja en línea es ficticia, pero que de la misma manera que se disfruta de una buena novela que transcurre en Marte, podemos disfrutar de las sonrisas a distancia y de los deseos, esos que transitan mas libremente cuando el momento posterior a un buen orgasmo no es una noche difícil de patadas, ronquidos y miembros dormidos, sino un sueño reparador, compartido a través del espacio, cada uno con su sonrisa y en su cama.

9.4.06

Todo está bien

Leía, creo que en el aeropuerto, un artículo sobre mujeres en una revista para hombres. Algo así como las 50 cosas que debes saber como por ejemplo que ella sí cuenta todos los detalles íntimos de su relación contigo...

Pero eso no fue lo que me llamó la atención sino una que decía "Cuando todo esté bien, tu chava va a hacer lo posible por averiguar qué es lo que está mal [en la relación]". Esa para qué vean si me impactó porque está muy cerca de la verdad.

Es como si las mujeres tuvieramos un chip catastrófico integrado, el cual empieza a flashear y le suena una sirena en cuanto la relación va bien. Mientras hay pleitos, te dejan plantada, te dicen que te llaman en cinco minutos y se van a ver la tele y se olvidan de tí, todo está bien. Cuando tu hombre es un patán que no llega cuando dice, que se va con sus cuates y se pone una jarra inolvidable (en la que lo olvidable eres tú), que quieres hablar con él y se queda dormido. Todo está bien, porque hay algo sobre lo que puedes hablar, discutir, mejorar, reprochar si no lo cambia por tí, etc...

Pero cuando te llevas bien, disfrutan la compañía, no hay jaladas, porquerías masculinas o cosas por el estilo... empiezas a sospechar. Hmmmm seguro que este trae algo. Seguro que este trae algo que además no me quiere decir. Seguro que hice algo. Hmmmm, seguro que él hizo algo.

Acto seguido te pones a torturar a tu pareja con una letanía interminable de "¿Qué te pasa? ¿Qué tienes? ¿Está todo bien? ¿Estás contento? ¿En qué estás pensando? ¿Nada bueno o nada malo?"... y le seguiría pero ya saben como va.

No tengo idea de dónde sale esto y porqué es un reflejo incluído en tantas de nosotras. Es como si la calma fuera el enemigo, después de todo, después de la calma viene la tormenta. Mientras está la tormenta, fantástico, ahi está la tormenta, la estás viendo, te puedes atormentar con ella. Pero la calma. Oh no. ¿De qué sirve la calma sino para que bajes tu guardia y te llegue un madrazo mucho peor?

En fin, mi consejo es que busques el chip, lo reconozcas, lo desactives (ejem, en la medida de lo posible, claro) y que bendigas los santos días de calma y disfrutes que todo está bien. Porque si existen esos momentos y si eres más afortunado, sí existen esas relaciones en las que todo está bien.

a.

22.1.06

Un poco de ciencia de detrás de las relaciones

Salió publicado un artículo científico (Production and appreciation of humor as sexually selected traits (googlealo)) en donde se estudió el papel del humor en las relaciones intergenero.

Los resultados:

Las mujeres encuentran sexualmente atractivos a hombres que producen humor.

Los hombres encuentran sexualmente atractivas a las mujeres que disfrutan del humor que ellos producen.

Moraleja:

Si eres un hombre y vas a una fiesta tienes mas oportunidades de ligarte a la mujer que se rie de tus chistes.

Ahora bien, la reflexión al respecto.

Siempre he creido que las parejas se construyen, además de para tener alguien con quien tener sexo, para complementar para bien la vida, para hacerla mas agradable y mucho mas disfrutable.

Desafortunadamente los mexicanos parecemos pensar lo contrario, simplemente pensemos en el dicho popular: Quien bien te quiere te hará sufrir. Y si, creemos que echarle ganas, que aguantar, que hacer que todo funcione implica sufrir, en ocasiones mas que un poquito, sólo los martires se van al cielo. Ahora bien, yo no estoy diciendo que la única manera que una relación funcione sea si es 100% libre de momentos malos, no, pero si debe, por mucho, mantener una razón de al menos 75-25 buenos contra malos. Aqui cada quién fijará su estandar pero por ejemplo 50-50 es un día bueno y uno malo alternados hasta la eternidad, bastante pinche si me preguntan a mi, mientras 75-25 es tres buenos por uno malo, lo cual insisto me parece ya un mínimo apenas aceptable.

Socialmente la risa es extremadamente importante, ahora sabemos que sexualmente también lo es.

1.12.05

El mito del esfuerzo en las relaciones

Hablando de ideas preconcebidas, como decía Verde en el post del inconsciente colectivo donde la sociedad exige cosas de las parejas, hace poco salió al tema la noción que tenemos algunas personas (y lo he visto más en mujeres que en hombres, pero creo que es de ambos) de que las relaciones deben de ganarse y/o mantenerse a base de esfuerzo. Y el opuesto, que no hay tal cosa como una relación "sin esfuerzo".

Exploremos.

Hay parejas que una vez que se forman (proceso que puede ser de minutos o semanas) deciden estar juntas. Y en el proceso de mantenerse unidos hay fricciones. Estas fricciones pueden ser menores o grandes. Y pueden ser constantes o esporádicas. También, dentro de la voluntad de mantenerse juntos hay dos opciones: que los dos quieran o que sólo quiera uno y voy a tratar de comentar acerca de estas dos últimas.

Digamos que ambos quieren mantenerse juntos y hay un pleito. Un pleito grande. Donde los ánimos se alteran, pueden o no decirse cosas ofensivas. Y al final, cuando llega la reconciliación se dicen "Hay que echarle ganas", "Vamos a echarle ganas". Y claro, la intención es inocente: hay que tratar de que no suceda nuevamente aquello que provocó el pleito.

Pero el "hay que echarle ganas" también es una especie de condena. De entrada, si sucede de nuevo aquello que provocó el pleito (volviste a llegar tarde, de nuevo se te olvidó llamar, te quedaste viendo una persona más de 3 segundos en un restaurant, lo que quieras) y la otra persona automáticamente tiene el derecho a decirte "Sniff, pero si habíamos quedado que ya le íbamos a echar ganas". Y ahi va uno a ponerle más presión a comportarte de cierta manera para que se note que le estás "echando ganas" o sea, que hay esfuerzo.

Y es que el esfuerzo se entiende cómo interés. Que te interesa tanto la relación como para ahcer algún cambio, mantener tus neuronas al tanto de tu comportamiento y cómo es que ese comportamiento pudiera ofender a tu pareja.

Claro que como todo esfuerzo, siempre hay un componente de cansancio.

Ahora, hay un escenario peor, y es cuando ya no existe la voluntad de uno de los integrantes de la pareja. En ese caso, uno de ellos, el que aún quiere, en nombre del esfuerzo, en nombre de aquel echarle ganas famoso. Aguantas muchísimo, aguantas cosas que normalmente no tolerarías. Pero, claro, estás instalado(a) en que para sacar adelante la relación pues tienes que demostrar que te interesa, tienes que profesar tu interés a la otra persona, quien seguramente no es que esté abusando de tí, sino que aún no está completamente convencido de que le estás verdaderamente echando ganas (ejem, espero haber transmitido el sentido irónico). Y este ejemplo puede llegar hasta un dañosísimo "vas a ver que me vas a aprender a querer". Pero, eso nunca de los jamases sucede.

Aunque la persona se tarde en darse cuenta que todo ese esfuerzo la está llevando rápido a ningún lado, pero mientras estás ahi probándote en nombre del amor, hay una especie de satisfacción interna por andarlo haciendo. Después de todo es en nombre del amor, ¿cómo puede estar mal?

Ahora bien, acontecimientos recientes en mi vida personal y en algunas personas cercanas a mí me han hecho revaluar el mito del esfuerzo. ¿Qué tal que si existe una relación sin esfuerzo? Una donde la voluntad de estar juntos prevalezca de tal modo que no haya necesidad de estar concientes del esfuerzo de la relación. No existen las conversaciones de "ya, hay que echarle ganas" sino que la relación fluye naturalmente. Las ofensas menores no escalan a ser confrontaciones o pleitos, sino que se mantienen como lo que son, menores y olvidables. Y no hay que estar pensando "Chin, si hago esto seguro que se me arma" o "Chin, ya dije algo que no debía y seguramente venga el pleito".

No quiero decir que no haya momentos donde las personalidades choquen, pero no hay drama alrededor de esos momentos. A lo mejor hay acuerdos, pero no se encuncian "A ver, a partir del día de hoy ya no vamos a llegar tarde al cine porque me enojo" simplemente son. Porque siempre está el cariño y el respeto indiscutibles por delante. No hay que pensar en que hay que respetar a la otra persona, no hay que pensar que hay que tratarla con cariño. Simplemente sucede.

Lo maravilloso de estas relaciones donde te complementas en lugar de provocar a huevo que la pieza del rompecabezas entre, es que pasas mucho más tiempo disfrutando la relación que componiéndola. Y no te enredas ni mental ni emocionalmente en cuestionamientos de "será que si me quiere" "será que si le intereso" "será que tengo que provocar una situación y obligarlo a que me demuestre que quiere echarle ganas". Ya. Ya se estableció que es chido estar juntos, es hora de vivirlo.

Conclusión, a lo mejor es extraño, a lo mejor no es a lo que estamos acostumbrados o lo que esperamos que implica estar emparejados, pero pareciera que el amor mutuo existe.

Por cierto, este postito está dedicado a la Carito Azul que se esta poniendo más bien rosita de felicidad. Lo siento por tardarme tanto y espero que sea similar a lo que tenías en mente.