1.12.05

El mito del esfuerzo en las relaciones

Hablando de ideas preconcebidas, como decía Verde en el post del inconsciente colectivo donde la sociedad exige cosas de las parejas, hace poco salió al tema la noción que tenemos algunas personas (y lo he visto más en mujeres que en hombres, pero creo que es de ambos) de que las relaciones deben de ganarse y/o mantenerse a base de esfuerzo. Y el opuesto, que no hay tal cosa como una relación "sin esfuerzo".

Exploremos.

Hay parejas que una vez que se forman (proceso que puede ser de minutos o semanas) deciden estar juntas. Y en el proceso de mantenerse unidos hay fricciones. Estas fricciones pueden ser menores o grandes. Y pueden ser constantes o esporádicas. También, dentro de la voluntad de mantenerse juntos hay dos opciones: que los dos quieran o que sólo quiera uno y voy a tratar de comentar acerca de estas dos últimas.

Digamos que ambos quieren mantenerse juntos y hay un pleito. Un pleito grande. Donde los ánimos se alteran, pueden o no decirse cosas ofensivas. Y al final, cuando llega la reconciliación se dicen "Hay que echarle ganas", "Vamos a echarle ganas". Y claro, la intención es inocente: hay que tratar de que no suceda nuevamente aquello que provocó el pleito.

Pero el "hay que echarle ganas" también es una especie de condena. De entrada, si sucede de nuevo aquello que provocó el pleito (volviste a llegar tarde, de nuevo se te olvidó llamar, te quedaste viendo una persona más de 3 segundos en un restaurant, lo que quieras) y la otra persona automáticamente tiene el derecho a decirte "Sniff, pero si habíamos quedado que ya le íbamos a echar ganas". Y ahi va uno a ponerle más presión a comportarte de cierta manera para que se note que le estás "echando ganas" o sea, que hay esfuerzo.

Y es que el esfuerzo se entiende cómo interés. Que te interesa tanto la relación como para ahcer algún cambio, mantener tus neuronas al tanto de tu comportamiento y cómo es que ese comportamiento pudiera ofender a tu pareja.

Claro que como todo esfuerzo, siempre hay un componente de cansancio.

Ahora, hay un escenario peor, y es cuando ya no existe la voluntad de uno de los integrantes de la pareja. En ese caso, uno de ellos, el que aún quiere, en nombre del esfuerzo, en nombre de aquel echarle ganas famoso. Aguantas muchísimo, aguantas cosas que normalmente no tolerarías. Pero, claro, estás instalado(a) en que para sacar adelante la relación pues tienes que demostrar que te interesa, tienes que profesar tu interés a la otra persona, quien seguramente no es que esté abusando de tí, sino que aún no está completamente convencido de que le estás verdaderamente echando ganas (ejem, espero haber transmitido el sentido irónico). Y este ejemplo puede llegar hasta un dañosísimo "vas a ver que me vas a aprender a querer". Pero, eso nunca de los jamases sucede.

Aunque la persona se tarde en darse cuenta que todo ese esfuerzo la está llevando rápido a ningún lado, pero mientras estás ahi probándote en nombre del amor, hay una especie de satisfacción interna por andarlo haciendo. Después de todo es en nombre del amor, ¿cómo puede estar mal?

Ahora bien, acontecimientos recientes en mi vida personal y en algunas personas cercanas a mí me han hecho revaluar el mito del esfuerzo. ¿Qué tal que si existe una relación sin esfuerzo? Una donde la voluntad de estar juntos prevalezca de tal modo que no haya necesidad de estar concientes del esfuerzo de la relación. No existen las conversaciones de "ya, hay que echarle ganas" sino que la relación fluye naturalmente. Las ofensas menores no escalan a ser confrontaciones o pleitos, sino que se mantienen como lo que son, menores y olvidables. Y no hay que estar pensando "Chin, si hago esto seguro que se me arma" o "Chin, ya dije algo que no debía y seguramente venga el pleito".

No quiero decir que no haya momentos donde las personalidades choquen, pero no hay drama alrededor de esos momentos. A lo mejor hay acuerdos, pero no se encuncian "A ver, a partir del día de hoy ya no vamos a llegar tarde al cine porque me enojo" simplemente son. Porque siempre está el cariño y el respeto indiscutibles por delante. No hay que pensar en que hay que respetar a la otra persona, no hay que pensar que hay que tratarla con cariño. Simplemente sucede.

Lo maravilloso de estas relaciones donde te complementas en lugar de provocar a huevo que la pieza del rompecabezas entre, es que pasas mucho más tiempo disfrutando la relación que componiéndola. Y no te enredas ni mental ni emocionalmente en cuestionamientos de "será que si me quiere" "será que si le intereso" "será que tengo que provocar una situación y obligarlo a que me demuestre que quiere echarle ganas". Ya. Ya se estableció que es chido estar juntos, es hora de vivirlo.

Conclusión, a lo mejor es extraño, a lo mejor no es a lo que estamos acostumbrados o lo que esperamos que implica estar emparejados, pero pareciera que el amor mutuo existe.

Por cierto, este postito está dedicado a la Carito Azul que se esta poniendo más bien rosita de felicidad. Lo siento por tardarme tanto y espero que sea similar a lo que tenías en mente.




8 comments:

los recuerdos del porvenir said...

El truco consiste en saber dosificar el interés. Y el interés debe ser mutuo. De lo contrario la ilusión deja
de funcionar

la comuna said...
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la comuna said...

No será que detrás de esto que llamas "echarle ganas" está también el constante mensaje de "cambia, cambia, cambia", que creo es inherente casi en todas las relaciones de pareja? pregunto. Es un argumento para tu punto creo.
Felicitaciones por el blog, muy muy interesante

lemon said...

Me gusta mucho este post porque pienso igual en lo que debería ser una relación. Mi mayor problema con mi esposa siempre fue que yo soy muy ojo alegre y cuando veo una chica me hago como si fuera juez de un concurso, tengo que mirarla para disfrutar la hermosura que Dios creó y no lo puedo cambiar, he tratado pero dice mi esposa que lo sigo haciendo yo creo que ya es costumbre jiji.

Cangrejoinmortal said...

El asunto es escoger bien con quien se quiere estar, conocer y respetar lo que el otro cree, si no no se puede. Si creo que te debes esforzar en una relación, pero el trabajo consiste en evitar pleitos, no en aguantarlos, si de plano no aguantas a tu pareja, entonces mejor que ya no sea tu pareja.

Anonymous said...

Hola, yo apenas he visto tu post, y tienes mucha razón, una relación se vive dia a dia, no con esas pequeñas fricciones que se tienen, a veces, debes dejarte llevar por el amor, y si todo sale bien, estarán juntos...

saludos.

Mac said...

Disculpen pero no el quita eso la emocion? Los errores son un elementeo sorpresa que evitan la monotonia, asi como los enojos y los pleitos. Creo que no es bueno estar siempre contento porque pronto uno ya no esta contento mas bien esta acostumbrado.
Cuando a uno todo le sale bien en la relación, se crea esa costumbre y se idealiza a la otra persona, esto al final cuando uno ve que la otra persona también tiene errores causa muchos mas problemas.
Creo que es normal que al inicio de una relación uno este tan emocionada que ni se da cuenta de las cosas que le molestan, pero al final uno debe de llegar a la realidad y decidir si en verdad le agrada la otra persona y es capaz de sufrir por ella o no.
Estoy de acuerdo con que hecharle ganas es un perfecto pretexto para decir, no le hechaste ganas quiere decir que no te interesa y mantener a la otra persona con el alma en un hilo haciendo lo que nosotros queremos pero creo que uno siempre le hehcha ganas porque uno es feliz viendo al otro feliz.

Bapo said...

Es muy dificil aceptar que no somos aceptados como quisieramos, en dificil estar satisfecho cuando la otra persona pone menos interes del que pones tu en ella y naturalmente siempre se busca el balance (si es que se puede encontrar), pero lo mas importante para mi es no perder de vista el respeto propio, si ya empiezas a caer en cosas que te lastiman entonces algo no anda bien y es importante reconsiderar si vale la pena invertir mas tu tiempo en algo que quiza nunca tuvo lo necesario para lograrse desde un principio. Suerte a todos los que andan pasando por este dilema, y no olviden que si ustedes no se respetan nadie lo hara...